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Un nuevo modelo de residencias de mayores busca inversores

El «sénior living» avanza a centros colectivos con actividades, ocio y médicos para mayores de 65 años con bajo nivel de dependencia

Foto de archivo de un usuario en la residencia de la tercera Edad O Lecer, de Vigo M.Moralejo

El «sénior living» -especializado en desarrollar activos inmobiliarios para mayores de 65 años- es un sector «de moda», pero todavía con poco atractivo para los inversores, pese a que el colectivo al que se dirige es creciente, por el aumento de la esperanza de vida, especialmente en España. Se trata de desarrollar modelos habitacionales colectivos, con una amplia gama de actividades, servicios de ocio y médicos para personas con un bajo nivel de dependencia, en un concepto más evolucionado que las actuales residencias de ancianos.


Las personas de más de 65 años suponen un 19,6 % de la pirámide demográfica en España, casi 9,5 millones de ciudadanos, aunque se espera que en 2050 casi un tercio de la población rebase esta edad (31,4 %), hasta superar los 15 millones, según recoge un informe de CBRE que ha analizado el segmento del «sénior living» en España.


En España, aunque hay algunos desarrollos aislados, se detecta todavía falta de operadores especializados en este tipo de activos, además de que en el mundo inversor por el momento no han cuajado, como si lo han hecho, por ejemplo, los nuevos conceptos de residencias universitarias.


Crecimiento imparable a futuro

El responsable de Senior Housing, de la consultora inmobiliaria CBRE, Borja Martiarena, ha explicado que se trata de una solución habitacional o de vivienda para personas mayores que tienen un nivel de dependencia bajo.


España, ha destacado, es el segundo país en la Unión Europea (UE) con mayores expectativas de crecimiento de la esperanza de vida y donde «la gente retirada vive más y mejor», por lo que hay un amplio margen de desarrollo para este concepto.


Pese a «no haber dado todavía con el producto adecuado», dice Martiarena, este sector está «de moda», por lo que es «un gran momento de mercado» y la tendencia a desarrollar este tipo de complejos es «imparable».


A su juicio, el 2022 está siendo «un punto de inflexión», porque en el primer semestre del año estos activos especializados sumaron más de 450 plazas, aunque los expertos confían en que aumente el ritmo de crecimiento en los próximos tres años.


Sociedades de riesgo compartido

De hecho ya se están empezando a formar las primeras sociedades de riesgo compartido o «joint venture», sobre todo entre promotores, socios capitalistas y gestores, que están perfilando los primeros desarrollos de «sénior living» con diferentes modelos operativos (externalizados o en el seno de las propias compañías).


Tradicionalmente, lo único que existía en España para atender a los mayores eran las residencias de ancianos, pero las perspectivas demográficas han cambiado y también las necesidades de los mayores, que buscan otro tipo de lugares, por lo que CBRE ve claro que habrá un aumento de demanda en este segmento en los próximos años.


Diferencias con las residencias

Entre las características de estos activos para mayores de 65 años destaca la oferta de una amplia gama de actividades, haciendo hincapié en una vida activa que incluya desde restauración y salón de juegos, hasta fisioterapeutas.

«El objetivo es dar respuesta a las necesidades de este segmento de la población en un momento concreto», aunque Martiarena lamenta que en España «no ha funcionado del todo, porque, culturalmente, la gente está muy arraigada a su familia».


Según el análisis de CBRE, el cambio del domicilio habitual a un «sénior living» no es el resultado de la libre elección, sino que ocurre después de algún hecho que lleva al mayor de 65 años a tomar esa decisión, para combatir la soledad y sentirse integrado en una comunidad de gente semejante.


Más de 40 iniciativas

En España hay más de 40 iniciativas particulares, a través de cooperativas para mayores que han sido desarrolladas «de manera reactiva» por operadores de residencias de ancianos, aunque la ligazón con los geriátricos, señala, «está estigmatizada».

Por ello, considera pertinente desarrollar un mercado desde cero, tanto en zonas de costa como urbanas al modo de casos aislados de este tipo de complejos, principalmente, en la Costa Blanca y en Barcelona. Suelen tener una extensión media de 15.000 metros cuadrados, con unas 150 viviendas y en torno a un 20 % de la superficie dedicada a zonas comunes.


Los desarrollos actuales se ubican en zonas urbanas de Madrid, Cataluña y País Vasco; en áreas vacacionales de Cataluña,Costa Blanca, Costa del Sol y los dos archipiélagos, al tiempo que hay también ejemplos de modelos híbridos en Madrid, Cataluña, Costa Blanca y Costa del Sol.


Captar inversores

Martiarena está convencido de que dentro de este sector, el segmento sénior es el que más recorrido al alza tiene, «simplemente por una cuestión demográfica». No obstante, aunque se trata de un área «de moda, que está en boca de todos», los inversores todavía se muestran reacios a entrar. Aun así, «la llave del éxito está creándose, está ya», como muestra el hecho de que haya habido «mucho movimiento» en los últimos meses entre interesados en estas formas nuevas de residencia.


De hecho, añade, CBRE está en conversaciones diarias con diferentes inversores, aunque admite que es complicado entrar porque no hay operadores que se dediquen de forma profesional a la gestión de este tipo de activos.




O Resumo Semanal - Edición Nº 518 - 26 de Agosto

Fuente: lavozdegalicia.es 21.08.2022

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