Los residenciales para seniors llegan con fuerza a Galicia. Diakos facilita a sus grupos encontrar el lugar, construir las viviendas y dotar al entorno de servicios. «Los baby boomers no queremos "caerle" encima a nuestros hijos, pero sí estar acompañados»

Apriori, no parecía que sus caminos profesionales tuviesen algo que ver. La viguesa Carmen Álvarez, profesional del Derecho, tras media vida en Norteamérica y Centroamérica, comenzaba una transición profesional que, unida a la pandemia, la trajo de vuelta a casa. Su socio, Enrique de la Mata, con raíces en Ponteceso, trabajaba en Chile en el desarrollo de renovables, pero en su cabeza tenía ya planes como emprendedor. «Nuestro objetivo es crear espacios que permitan a la gente desarrollarse y alargar al máximo su calidad de vida». Así definen a Diakos, el proyecto de senior cohousing que les unió. Ellos son los facilitadores de las comunidades de mayores que buscan un nuevo modelo de jubilación. «Es una de las etapas de la vida con mayor potencial de convertirse en un terremoto», explica Carmen. El motivo, las nuevas generaciones de mayores ya no son aquellas que vivirán en residencias y mucho menos solas. Ellos planifican su futuro en comunidad y en sus propias viviendas. «Somos cohesionadores de las distintas necesidades que estas infraestructuras puedan tener. Es un coliving atendido y dedicado a la longevidad plena».
Diakos conecta, por lo tanto, a personas que buscan comprar viviendas en las que residir de una forma diferente y con todos los servicios que quieran: desde nutricional, pasando por limpieza o deporte. «Cada comunidad tiene que tener su personalidad y hay un proceso de acompañamiento. Tiene que tener un enfoque vitalista, de querer disfrutar esta etapa y crear espacios en los que se viva con calidad y entusiasmo», relatan.
«Tú puedes vivir en un edificio y tener más o menos cerca el gimnasio o los servicios de salud o tener todo a mano para que te facilite la vida. Eso es lo que queremos en esta etapa. Es la metodología que queremos implementar», añaden.
Las comunidades deben tener entre 30 y 40 viviendas y los precios pueden oscilar entre 140.000 y 240.000 euros. «Necesitas un mínimo de personas para tener un mínimo de servicios». Los grupos pueden estar creados o Diakos busca que se incorporen más personas si es necesario. Incluso reservan opciones para el alquiler.
Aunque buscan mercado en España y Portugal, su gran proyecto está ahora en Buño, Malpica, un cohousing al que aún se puede acceder y al que ayuda su entorno, comunicaciones e incluso la meteorología. «Esto no va solo de aumentar la esperanza de vida sino que esta sea saludable y plena. No vale vivir más, si vas a vivir peor. Tienes que tener un propósito», relatan sobre su espíritu. «En el camino, en el futuro de Buño, también necesitamos partners con los que trabajar para garantizar que las cosas funcionan. Son alianzas como la que estamos trabajando con Vittalias,, que tiene un enfoque hacia las personas». A esto se une la constructora, Vittality Group, que pondrá en pie las viviendas «con una propuesta innovadora».
Una vez que la infraestructura esté lista, piensan en un plazo de cinco meses para su entrega. «El diseño arquitectónico también está desarrollado para garantizar esa buena longevidad. Queremos que la gente esté activa».
Servicios
«Incidimos, por ejemplo, en la nutrición porque es calidad de vida. También tenemos en cuenta los estímulos intelectuales, cognitivos y físicos. Les orientamos para que sea así. Por supuesto, hay comunidades que quieren un nivel de servicios y otras otro. Nuestra labor es saber encajar las necesidades mínimas con sus necesidades particulares. También salimos a buscar esos activos inmobiliarios, esas propuestas que se ajusten a lo que queremos ofrecer», dicen.
El punto clave es generar la comunidad, que todos tengan el mismo objetivo. Esa es la base. Después se valora si tienen activos inmobiliarios que puedan emplear en su nueva vivienda o cuáles son sus opciones financieras. «En España el mercado de los operadores de este tipo está inmaduro», relatan.
«Este país se ha centrado en el modelo de residencias, pero los que estamos entre los 60 y los 80 años queremos envejecer en nuestra casa y tener nuestra propia vivienda sin estar solos. Es un movimiento general que hay en el mundo. Los baby boomers no queremos "caerle" encima a nuestros hijos, pero sí estar acompañados. La base de la longevidad son las buenas relaciones. Tienes la salud cognitiva y física, pero necesitas un propósito y este es un enfoque fundamental», sentencian.
O Resumo Semanal - Edición Nº 632 - 6 de marzo de 2025
Fuente: lavozdegalicia.es 2 de marzo
Comments